Vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono, un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: "¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?"
Pero ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro; ni siquiera mirarlo